Hoy nos sumergimos en el apasionante tema del sexo frente al espejo. Una práctica sensual y sencilla que, lamentablemente, pocos se atreven a explorar en su intimidad. Excusas como la vergüenza, la rutina o el temor de incomodar a la otra persona son cosa del pasado. Los espejos en el dormitorio ofrecen un abanico de posibilidades para explorar el placer y, de paso, fortalecer la confianza sexual.
¿Por qué deberías aventurarte en tener sexo frente al espejo?
Rhian Kivits, la experta en sexo y relaciones, nos asegura que el sexo frente al espejo es como añadirle chispa y aventura a tu vida sexual. ¿Por qué? Porque resulta que nuestra estimulación visual es uno de esos trucos biológicos que nos hacen sonreír. Estamos programados para disfrutar de ello.
Y no subestimemos el placer de alimentar a tu exhibicionista interior con el sexo frente al espejo. Es como tener tu propio espectáculo en vivo y en directo, proporcionándote imágenes eróticas para esos momentos solitarios u ociosos. Kivits lo describe de manera brillante: “Te permite ser un voyeur de tu propia experiencia sexual, puedes obtener una perspectiva diferente y eso puede ser extremadamente erótico”.
Beneficios colaterales del sexo frente al espejo: Más confianza y mejor comunicación
El sexo frente al espejo no solo es un festín visual, también puede ser el ingrediente secreto para fortalecer la intimidad con tu pareja. ¿Cómo? Pues porque puedes ver y sentir el deseo que experimenta tu compañero, creando una conexión más sólida y mejorando la comunicación en el dormitorio.
Además, observarte a ti mismo teniendo sexo puede hacer que desarrolles más confianza en ti mismo, elevando tu confianza sexual. Un elemento crucial, especialmente para las mujeres, que suelen sentirse más inseguras en la cama.
Cómo empezar a practicar sexo frente al espejo
Obviamente, si tienes pareja, es fundamental hablar antes de convertir tu dormitorio en un set de grabación. Y si estás soltero y llevas a alguien a casa para intimar, ¡no olvides preguntarle si le incomoda la idea!
Es normal que a las nuevas parejas sexuales no les agrade demasiado la idea del espejo al principio. Los primeros encuentros íntimos suelen carecer de la confianza necesaria para enfrentar una imagen tan explícita. Sin embargo, como suele suceder con casi todo en la vida, ¡depende de la persona!
Pero para saber si te gusta, ¡tienes que probarlo! Al principio puede darte vergüenza o apuro, pero según los expertos, es más que probable que le cojas el gustillo con el tiempo, especialmente al probar algunas posturas sexuales en las que no ves bien la cara del otro.
Además, piensa bien dónde colocar el espejo. Algunos lo ponen en el techo, pero si es tu primera vez, es mejor que lo coloques frente a la cama o en uno de los lados, por si acaso tienes que taparlo o quitarlo en un abrir y cerrar de ojos. ¡A disfrutar!
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